Quilin (1983)
Considerado el primer conjunto chileno jazz-rock establecido, Quilín escribió una historia paralela a la oficial dentro de la música popular en nuestro país. Con más de 25 años de vigencia, jamás obtuvo el reconocimiento de un medio que en definitiva la transformó en una banda de culto por naturaleza. Un proyecto único, que nunca se encasilló ni en los circuitos del rock ni en los del jazz.
Quilín vio la luz en 1979 tras una fusión entre los veinteañeros integrantes de dos bandas que por entonces probaban en el hechizante jazz eléctrico de la época: Nexos y Prisma. El guitarrista y compositor Alejandro Escobar alineaba en ambas agrupaciones, y junto a otro guitarra, Roberto Hirsh, fundó el primer cuarteto Quilín (con Isidro Alfaro en el bajo y Luis Montoya en la batería). Esta formación se presentó en un reducido y vanguardista circuito de cafés –llegando incluso al Teatro Caupolicán- y trabajó en su repertorio inicial, con piezas que integraban rítmica latinoamericana, improvisación jazzística y poderío rock.
Quilín y la quebrada de Macul
En 1981 Quilín se amplió a septeto con la inclusión del percusionista Ulises Guendelman y dos saxofonistas: Lucas Blondel (tenor) y Raúl López (alto y soprano). Este último sería finalmente el hombre clave en la fisonomía de Quilín durante su época de gloria. Por primera vez se establecía en la música chilena una banda con guitarras eléctricas y saxofones, a pesar de que con el grupo Aquila hubo ciertos intentos en los '70 y sobre el final de los '80 Cometa haría lo mismo.
Esta formación realizó sesiones de grabación de polirrítmicas piezas ("La quebrada de Macul", "Traficante de espantos", "Cara o sello"), con invitados como el pianista bop Mariano Casanova y el percusionista Santiago Santa Salas, así como además la espontánea inclusión del baterista Pedro Greene para el Festival Seis Horas de Rock de 1984, celebrado en el antiguo Estadio Chile.
Con Escobar más centrado en las posibilidades de la fusión sonora y Hirsh en la distorsión del rock, Quilín alcanzó su mejor momento cuando López tomó la tercera voz solista mediante sus magníficas improvisaciones, y el baterista Jaime Labarca imprimió el fondo beat definitivo al ahora quinteto. Entre 1982 y 1986 surgieron nuevas grabaciones –ninguna editada- de históricas piezas, mucho más depuradas y logradas en el lenguaje de la fusión: "Viejito Pascoal" (en honor al brasileño Hermeto Pascoal), "El misil" o "Humo blanco". Todas, con el empaste contundente y la creatividad musical de la tríada Escobar-López-Labarca.
En 1988 se incorporó el flautista Juan Carlos Neuman (proveniente de La Hebra) en reemplazo de López. Neuman, volcado entonces al saxo alto, Neuman dio un toque de musicalidad extra y nuevas texturas al sonido, impulsado por saxofonistas de fusión (Michael Brecker, David Sanborn o Eric Marienthal). El grupo grabó en el Café del Cerro en 1989 y luego ingresó en un período de silencio intermitente. En 2001 el bajista eléctrico Patricio Valencia (del grupo Nave) ocupó la plaza de Alfaro y Quilín comenzó una siguiente etapa en su historia de vaivenes y música tras los bastidores. (Texto de Iñigo Díaz).
Integrantes:
Alejandro Escobar, guitarra (1979 - •).
Roberto Hirsh, guitarra (1979 - •).
Isidro Alfaro, bajo (1979 – 2000).
Luis Montoya, batería (1979 – 1982).
Ulises Guendelman, percusión y batería (1981 – 1982).
Raúl López, saxos alto y soprano (1981 – 1986).
Lucas Blondel, saxo tenor (1981).
Alfredo San Martín, percusión (1981).
Jaime Labarca, batería (1982 - •).
Alejandro Olejnick, piano eléctrico (1984 – 1985).
Juan Carlos Neuman, saxo alto (1988 - •).
Patricio Valencia, bajo (2001 - •).
Bájelo Acá
Quilín vio la luz en 1979 tras una fusión entre los veinteañeros integrantes de dos bandas que por entonces probaban en el hechizante jazz eléctrico de la época: Nexos y Prisma. El guitarrista y compositor Alejandro Escobar alineaba en ambas agrupaciones, y junto a otro guitarra, Roberto Hirsh, fundó el primer cuarteto Quilín (con Isidro Alfaro en el bajo y Luis Montoya en la batería). Esta formación se presentó en un reducido y vanguardista circuito de cafés –llegando incluso al Teatro Caupolicán- y trabajó en su repertorio inicial, con piezas que integraban rítmica latinoamericana, improvisación jazzística y poderío rock.
Quilín y la quebrada de Macul
En 1981 Quilín se amplió a septeto con la inclusión del percusionista Ulises Guendelman y dos saxofonistas: Lucas Blondel (tenor) y Raúl López (alto y soprano). Este último sería finalmente el hombre clave en la fisonomía de Quilín durante su época de gloria. Por primera vez se establecía en la música chilena una banda con guitarras eléctricas y saxofones, a pesar de que con el grupo Aquila hubo ciertos intentos en los '70 y sobre el final de los '80 Cometa haría lo mismo.
Esta formación realizó sesiones de grabación de polirrítmicas piezas ("La quebrada de Macul", "Traficante de espantos", "Cara o sello"), con invitados como el pianista bop Mariano Casanova y el percusionista Santiago Santa Salas, así como además la espontánea inclusión del baterista Pedro Greene para el Festival Seis Horas de Rock de 1984, celebrado en el antiguo Estadio Chile.
Con Escobar más centrado en las posibilidades de la fusión sonora y Hirsh en la distorsión del rock, Quilín alcanzó su mejor momento cuando López tomó la tercera voz solista mediante sus magníficas improvisaciones, y el baterista Jaime Labarca imprimió el fondo beat definitivo al ahora quinteto. Entre 1982 y 1986 surgieron nuevas grabaciones –ninguna editada- de históricas piezas, mucho más depuradas y logradas en el lenguaje de la fusión: "Viejito Pascoal" (en honor al brasileño Hermeto Pascoal), "El misil" o "Humo blanco". Todas, con el empaste contundente y la creatividad musical de la tríada Escobar-López-Labarca.
En 1988 se incorporó el flautista Juan Carlos Neuman (proveniente de La Hebra) en reemplazo de López. Neuman, volcado entonces al saxo alto, Neuman dio un toque de musicalidad extra y nuevas texturas al sonido, impulsado por saxofonistas de fusión (Michael Brecker, David Sanborn o Eric Marienthal). El grupo grabó en el Café del Cerro en 1989 y luego ingresó en un período de silencio intermitente. En 2001 el bajista eléctrico Patricio Valencia (del grupo Nave) ocupó la plaza de Alfaro y Quilín comenzó una siguiente etapa en su historia de vaivenes y música tras los bastidores. (Texto de Iñigo Díaz).
Integrantes:
Alejandro Escobar, guitarra (1979 - •).
Roberto Hirsh, guitarra (1979 - •).
Isidro Alfaro, bajo (1979 – 2000).
Luis Montoya, batería (1979 – 1982).
Ulises Guendelman, percusión y batería (1981 – 1982).
Raúl López, saxos alto y soprano (1981 – 1986).
Lucas Blondel, saxo tenor (1981).
Alfredo San Martín, percusión (1981).
Jaime Labarca, batería (1982 - •).
Alejandro Olejnick, piano eléctrico (1984 – 1985).
Juan Carlos Neuman, saxo alto (1988 - •).
Patricio Valencia, bajo (2001 - •).
Bájelo Acá